viernes, 26 de septiembre de 2014

Revisión "Brújula para navegantes emocionales" de Elsa Punset

Voy a hablar de un libro que leí recientemente y que, a pesar de no estar escrito por un psicólogo (o psicóloga, para los más estrictos con el género), me ha parecido realmente acertado a la hora de explicar el desarrollo emocional: “Brújula para navegantes emocionales”, de Elsa Punset. Es interesante a la vez que enriquecedor, ya que, ciertamente, solemos dejar a las emociones en un segundo plano cuando, en realidad, son uno de nuestros pilares básicos y aquí lo explican bastante bien.


Aunque ya tenía una idea de cómo las emociones influyen en la vida y el aprendizaje de los niños, me ha sorprendido hasta qué punto pueden afectar, no sólo a su desarrollo como persona, sino en el aprendizaje en todos los sentidos.

Al parecer, el papel del desarrollo emocional en el aprendizaje es menos evidente que el desarrollo intelectual, pero casi todos (por no decir todos) los pensamientos o acciones tienen un contenido emocional. Al referirse al aspecto emocional también se incluyen actitudes, sentimientos, valores y motivaciones. Todos ellos influyen en lo que aprenderá una persona y en el uso que hará del mismo. Por todo ello, un buen desarrollo emocional es fundamental desde edades muy tempranas.

Habría que inculcar a los padres la idea de que darles amor y cariño a los niños es tan importante o incluso más que cubrir todas las necesidades materiales. A veces, se intenta que a los niños no les falte de nada, incluidas las consolas, televisiones en sus cuartos, un montón de juguetes para que se entretengan…y muchas veces con la finalidad de no tener que preocuparse por ellos durante un rato.

En este libro, Elsa Punset deja claro que si nos centramos únicamente en eso, los niños tendrán carencias afectivas enormes y eso repercutirá de forma muy negativa en el desarrollo posterior del niño como persona adulta, pudiendo ocasionarle problemas a la hora de relacionarse con los demás, falta de autoestima, una percepción errónea de sí mismos , etc.

 Lo peor de todo esto es que si no se hace algo para cambiar eso, esos niños criarán igual a sus hijos, y éstos a los suyos y cada vez se tendrán menos en cuenta las emociones y pasaremos a un clima totalmente superficial y lleno de personas carentes de control emocional adecuado.

 Por mi parte, recomiendo totalmente este libro para quienes estén interesados en el desarrollo emocional tanto de los niños como de los adultos.



Por: Sara R. Aguilera Esteban

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