domingo, 18 de septiembre de 2050

¡Bienvenidos!

Este es el blog del Gabinete de Psicología ACTUA, de Almería.

Este blog está encaminado a la divulgación de información en materia de Psicología. Fundamentalmente escribimos artículos de opinión, aunque también comentamos noticias de interés, desde un punto de vista psicológico.

Contamos con diferentes secciones para ello:

  • Noticias: os mantendremos informados sobre cualquier actividad que vaya a realizar Gabinete. ¡Estad atentos!
  • Clínica: podéis encontrar información sobre salud mental, terapias o desarrollo personal.
  • Infancia/Adolescencia: es el lugar de la información en materia educativa.
  • Sexualidad: en esta sección hablaremos de temas de pareja y sexualidad en general.
  • Sociedad: Psicología Social, Laboral o Jurídica, entre otros temas de actualidad.
  • Varios: en esta sección entra cualquier tema que no quepa en las demás, como recomendaciones de películas o libros.
  • Contacto: todos los datos de contacto.

Desde ACTUA esperamos que disfrutéis tanto leyéndonos como disfrutamos nosotros escribiendo.

Cada artículo está firmado por su autor y responde a su opinión personal y profesional, no a una opinión general del Gabinete.




martes, 20 de septiembre de 2016

El coaching y las asignaturas pendientes de la psicología



Marketing. Es la primera palabra que me viene a la cabeza cuando pienso en el éxito del coaching, y es que en líneas generales, han sabido venderse muy bien. No en vano, el coaching no proviene de la, digamos, “ciencia de conducta”, sino del ámbito empresarial, un ámbito que está más centrado en vender productos que en la validez científica.
El coaching ha sabido aprovechar un ambiente “New Age” cargado de pseudociencias y búsqueda del bienestar, combinado con una perspectiva negativa sobre la propia psicología. Y es que más que centrarme en las cosas que ha hecho bien el coaching, me voy a centrar en las cosas que hemos hecho mal los psicólogos.
Cualquier psicólogo sabe que existen varios modelos teóricos en psicología, unos con más y otros menos validez empírica, pero igualmente con diferentes explicaciones sobre la conducta humana y el funcionamiento de nuestra mente, así como diferentes técnicas o herramientas para modificarlo. Sin embargo, y aunque sepamos que hay alternativas, hay una gran corriente mayoritaria, que es la cognitiva-conductual. Lejos de querer debatir si esto es positivo o negativo, lo importante es la relación tan estrecha que se ha establecido entre los modelos cognitivos(pues son más cognitivos que conductuales, en estos momentos) y el modelo médico. En ambos se ha querido dictaminar lo que es el comportamiento “normal” para poder diferenciarlo del comportamiento “patológico”. Todo desde una perspectiva médica de: si es anormal, entonces es patológico y, por tanto, hay que modificarlo/curarlo.
A su vez, esta manera de verlo ha hecho que en la psicología más académica nos hayamos centrado más en el aspecto patológico que en otros aspectos del ser humano.  Los psicólogos hemos querido convertirnos en los médicos de la mente. Esto ha tenido un efecto muy negativo en la manera en que se nos ha visto en la sociedad. Seguro que todos hemos escuchado alguna vez “yo no quiero ir al loquero” o “no estoy loco, no necesito ir a ningún psicólogo”. Se ha generado la creencia de que el psicólogo o la terapia psicológica existe únicamente para tratar la enfermedad mental.
Es común, en el cine o en las series de televisión estadounidenses, escuchar a los personajes expresiones del estilo “mi terapeuta me ha dicho que...” o incluso escenas en las que van a ver a su terapeuta y hablan de aspectos de sus vidas personales. Parece estar más aceptado socialmente que una persona que no tiene ningún trastorno mental diagnosticado vaya regularmente a un especialista para tratar problemas de la vida diaria. Al final, esto es lo que ofrece el coaching. Mientras la psicología lleva décadas diciendo “si estás triste tienes una enfermedad llamada depresión”, el coaching ha empezado a decir “si tienes problemas personales, yo puedo ayudarte” o “si quieres mejorar algún aspecto de tu vida, yo puedo ayudarte”.
Al final, gran parte de la terapia psicológica está basada en el desarrollo personal, en la adquisición de habilidades o en el autoconocimiento, que es, en gran medida, lo que ofrece también el coaching. Lo que cambia es la conceptualización social que tiene cada uno. El psicólogo trata enfermedades, mientras que el coach me ayuda con algunos problemillas.
El hecho de que a los psicólogos nos vean con una bata blanca quizás nos haya hecho ganar prestigio, al situarnos en un nivel similar al del médico, pero al mismo tiempo nos ha hecho perder la perspectiva de lo que realmente hacemos. Al buscar prestigio, hemos perdido un área de actuación que es fundamental. Pero lo peor no es eso, lo peor es que el testigo lo ha recogido un colectivo que carece de la formación necesaria para llevar a cabo ese tipo de intervenciones de la manera correcta.
La mayoría de los coaches provienen del ámbito empresarial, gente que ha estudiado administración de empresas o derecho, que han descubierto en sí mismos un aspecto más “humanista” y deciden enfocar sus carreras de otra manera, o simplemente han visto un filón en una disciplina que está de moda. El hecho es que esa gente no tiene formación en conducta humana, más allá de algún curso de unos pocos meses. Y no solo eso, es que la formación en coaching supone un refrito de conceptos y/o herramientas salidas de la psicología, pero sin una base teórica que esté lo suficientemente validada empíricamente. Como he dicho anteriormente, el coaching bebe de la pseudociencia y del ambiente “New Age”, pero no tiene una base consistente.
Esta base teórica es la que se conoce como Programación NeuroLingüistica (o PNL), una técnica(o conjunto de técnicas) que, supuestamente, va a reprogramar nuestras creencias y nuestras experiencias sensoriales a través de la comunicación. Suena bien, pero la evidencia empírica hasta la fecha pone en serias dudas los fundamentos básicos de la PNL (Aquí, aunque en inglés, un artículo que analiza la evidencia empírica sobre la PNL y que cataloga como “inconcluyente y contradictoria”).
No obstante, el coaching surge de una necesidad real que existe en en la sociedad, que es la necesidad de un apoyo profesional sobre cuestiones de la vida diaria. Un ayuda profesional en términos de desarrollo personal y asesoramiento emocional, en una sociedad en la que el individuo está sometido a cada vez más presiones externas que chocan con su propia individualidad.
Así pues, desde la psicología tenemos ahora un arduo trabajo. En primer lugar, debemos despatologizar gran parte de la conducta que llevamos décadas patologizando. Nos vendría muy bien quitarnos la bata blanca y explicar lo que es realmente la terapia psicológica. Establecer correctamente qué es y qué no es un problema psicológico y, al mismo tiempo, ofrecer alternativas, basadas en la evidencia científica, para todo el que requiera un asesoramiento.
En definitiva, debemos recoger el testigo que nunca debimos soltar, reclamar la que debería ser una de nuestras competencias profesionales y ofrecer al resto de ciudadanos servicios de calidad y ajustados a sus necesidades reales.

Escrito por Alejandro Sola Berenguel

domingo, 14 de febrero de 2016

Parejas Liberales, Fidelidad y Contratos Emocionales

Estoy seguro de que cuando se escuchan las palabras "pareja" y "liberal" juntas, en muchas personas salta la señal de alarma. Comienzan las dudas y el rechazo. Lo cierto es que pocas personas conocen lo que es realmente una "pareja liberal", más que nada porque no existen una pareja liberal prototipo, si no que depende de cada una las características que la definen. De hecho, podríamos decir que todas las parejas son liberales, de una u otra manera.

Pero empecemos por el principio.



  • El "Contrato" y la Fidelidad
Todas las parejas, o incluso diría que en todas las relaciones interpersonales, se establece de forma implícita un "contrato". Ese contrato establece los límites de la relación. No todas las parejas ponen el límite de la infidelidad en el mismo punto, igual que no todas las amistades colocan el límite de la ofensa en el mismo punto.

Decimos que este contrato se establece de forma implícita porque normalmente no se mantiene una conversación plenamente honesta acerca de estos límites. Esos límites se van "descubriendo" conforme conoces a la persona, muchas veces por prueba y error. Cuando estás conociendo a alguien es frecuente que hagas bromas "suaves" para tantear su sentido del humor y saber hasta dónde puedes llegar para seguir haciéndole gracia.

En el caso de las parejas el ir descubriendo los límites de esta forma puede generar conflictos muy fácilmente. Algo tan sencillo como darle a "Like" a la publicación de un@ amig@ tuy@, puede provocar un conflicto con tu nueva pareja. si no sabes que esto le puede sentar mal, porque considere que se trata de un flirteo. Ese conflicto, no obstante, puede hacer crecer a la relación, si se aborda desde el respeto mutuo y se puede llegar a un consenso acerca de este tipo de comportamientos.

  • La necesidad del "Contrato"
Muchas parejas no consensúan los límites, si no que los imponen. No estaríamos hablando entonces de un "contrato" adecuado, o sano, si no de una muestra de control dentro de la pareja. Al igual que es fácil que desconocer los límites dentro de la pareja genere conflicto, también es muy fácil que estos límites se conviertan en una imposición y una forma de control en la pareja.

En una relación basada en el respeto mutuo, ambos miembros están contentos con el "contrato" y la manera en que se han establecido los límites. Por tanto, el contrato debe ser igualitario y justo. La "señal de alarma" debería saltar en las parejas cuando perciben que no son plenamente libres dentro de la pareja, o que esta pareja está desbalanceada en cuanto al establecimiento de los limites.

  • La Parejas Liberales y el Contrato
¿Entonces en las parejas liberales no hay límites, ni contrato, y pueden hacer lo que quieran? No, es más, todo lo contrario. Lo que realmente diferencia a una pareja, digamos, tradicional, de una pareja liberal es que en estas últimas el contrato suele ser explícito, es decir, es algo que ambos miembros de la pareja han hablado con honestidad y han decidido juntos.

Como decía al principio, no todas las parejas liberales son iguales, ni establecen el límite de la infidelidad en el mismo punto. Algunas de ellas hablan de infidelidad emocional, y no sexual, por ejemplo, es decir, que solo ven infidelidad cuando su pareja se ha enamorado de otra persona. Otras parejas pueden establecer el límite en el coito, pero no en el flirteo o en otros tipos de relaciones sexuales.

Al final, la diferenciación entre pareja tradicional y pareja liberal puede causar más confusión que aclarar conceptos. Al final, en todas las parejas se establecen límites, de una u otra manera, por lo que todas las parejas son tradicionales o liberales de una u otra forma. 

Escrito por Alejandro Sola Berenguel 



martes, 5 de enero de 2016

De muñecas y cochecitos








Una vez más, como cada periodo navideño, volvemos a presenciar  una avalancha de publicidad tanto en televisión como en radio, prensa y a pie de calle anunciando una inmensa cantidad de juguetes para los más pequeños de la casa.

Aunque ya estamos acostumbrados a dicha campaña al llegar estas fechas, suele pasar bastante inadvertida la forma en que esta publicidad plantea a través de los juguetes un marcado rol de género que, lejos de ser útil, puede llegar a presentar alguna problemática en la vida y el sano desarrollo psicosocial de los niños/as.

Como padres, familiares y/o adultos en general del entorno del niño intentamos que su relación con los juguetes, uno de los medios de aprendizaje y desarrollo más importante del que disponen, sea el adecuado y nos preocupamos por que tengan una infancia normalizada, dándoles todas las facilidades posibles a la hora de integrarse en su grupo de iguales y, dicho sea de paso, complacer las exigencias de la sociedad.

Casi de forma invariable nuestro hijo acabará jugando con un cochecito de color azul, y nuestra hija se entretendrá en su casita rosa de muñecas. No sería una predicción muy arriesgada por nuestra parte. Nos sentimos cómodos cuando ocurre de esta manera, y probablemente se nos haría extraño que jugasen el uno con los juguetes del otro, no sería lo “adecuado” en cuanto a cuestiones de género, ¿verdad?

Llegado este punto se plantea necesario hacer una distinción entre “rol de género” e “identidad de género” para poder llegar a comprender la complejidad del asunto. Mientras que por un lado el “rol de género” se referiría al conjunto de normas y comportamientos percibidos por la sociedad como adecuadas para un género u otro, la “identidad de género” haría alusión a la percepción que un individuo (en este caso el niño) tiene sobre sí mismo en cuanto al género con el que se identifica, independientemente de su sexo biológico.

Lo interesante es hacer notar que aunque “identidad de género” y “rol de género” van de la mano, nos encontraremos muy a menudo con el caso de que, por ejemplo, una niña que se identifique a sí misma con su género femenino no muestre un rol de género femenino, pudiendo interesarse por unos juguetes etiquetados e indicados por la sociedad para el género masculino. Es entonces cuando saltan las alarmas.

“¿Está mostrando mi hija un comportamiento desviado respecto a los demás niños? ¿Desarrollará comportamientos masculinos? ¿Acabará sintiéndose atraída por otras niñas?”. La psicología actual es clara en este punto: El rol de género no marca la identidad de género, esto es, jugar con coches no implicaría un cambio en su identidad de género como niña.

Es cierto (y normal, teniendo en cuenta que formamos parte de la misma sociedad) que podamos llegar a sentirnos incómodos al ver a nuestro hijo jugar con muñecas cuando lo adecuado sería que mostrase una actitud “más masculina” jugando con cochecitos. Es lo que la sociedad vería como normal, y es cuando se hace visible el claro tabú que existe a día de hoy en relación a un comportamiento contrario, el cual permitiría una elección más libre al propio niño.

A pesar de ello, tal acabará siendo nuestro temor a que nuestra hija sea distinta de las demás que frente a esta situación, y posiblemente antes, nos aseguraremos por mantener un férreo control sobre los comportamientos que permitimos a nuestros hijos/as, la mayoría de las veces pasando por alto su propia felicidad y sin querer ver que nuestra hija simplemente ha decidido cambiar la muñeca por un cochecito porque, en su inocencia, no entiende cómo puede un juguete ser "solo para chicos".

Como parte de la sociedad adulta estaríamos posiblemente participando en la génesis de la psicopatología del niño, mostrando nuestro descontento por su interés en lo que realmente le gusta, viéndose forzado a jugar de otra manera para mantener contento y calmado a quien le rodea.

Finalmente esta situación acaba generando un bucle, retroalimentándose a sí misma, por la búsqueda de juguetes con unas características de género cada vez más marcadas como consecuencia del empeño de la sociedad en que los niños tengan cada vez más claro cuáles son los intereses que se espera que muestren.

Estos cuidados que antes comentamos, en ocasiones, llegarán a obviar las necesidades reales del niño dando prioridad a la de los propios adultos, y es aquí donde debemos hacer la siguiente reflexión;

¿Es el niño el que trae el problema? ¿O es la sociedad la que se encarga de crearlo?







Autor: Francisco R. Sánchez Ortega


miércoles, 28 de octubre de 2015

Sexadiantes

Como ya hemos comentado en nuestras redes sociales, hemos emprendido un nuevo proyecto en colaboración con la Universidad de Almería. Gracias a RadioUal tenemos un pequeño espacio todos los viernes a las 23:00h en el 98.7FM donde trataremos temas relacionados con la sexualidad y todo lo que le rodea.



Creamos esta entrada para que podáis ponernos vuestras preguntas y sugerencias de forma totalmente anónima. Esperamos que os animéis y participéis haciéndonos llegar vuestras dudas, sugerencias e incluso historias, las cuales leeremos en directo.

¡Muchas gracias a todos por apoyarnos y acompañarnos en esta nueva aventura!

jueves, 30 de julio de 2015

¿Qué es el Sufrimiento Psicológico?

Cuando se habla de acudir a terapia psicológica, es común que se deba a la existencia de un malestar persistente o a un sufrimiento vital que, en definitiva, nos está impidiendo llevar la vida que queremos llevar. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de sufrimiento psicológico o humano?


Las emociones y el sufrimiento

Existe a nivel general una confusión a la hora de entender el sufrimiento. Esto es debido, al menos en parte, a que se suele entender que existen emociones buenas y emociones malas. Cuando una emoción nos gusta, entonces es buena, mientras que si no nos gusta, la consideramos como algo malo y deseamos librarnos de ella por todos los medios.

Así pues, la alegría, el deseo o la curiosidad tienden a ser consideradas emociones positivas, mientras que la tristeza, el enfado o el miedo se suelen ver como emociones negativas. El considerar que una emoción es de por sí positiva o negativa, independientemente del contexto en el que esta se produce nos lleva muchas veces a comportarnos de manera reactiva, es decir, que preferimos movernos para conseguir sentir las emociones que consideramos positivas, mientras que huimos de las que consideramos negativas.

Sin embargo, si atendemos al contexto en el que se produce la emoción, podemos ver que todas son igualmente útiles. Del miedo podemos aprender a ser cautos para no equivocarnos en el futuro. Este es el ejemplo básico, pero hay otros, de la tristeza o el enfado también podemos aprender mucho, sobre todo de nosotros mismos, de las situaciones que nos enfadan o que nos entristecen.

La vida y el sufrimiento

En ocasiones la vida puede presentarnos situaciones que no deseamos, situaciones que nos entristecen, que nos enfadan o que nos dan miedo. Eso es lo NATURAL. En la vida hay espacio por igual para las situaciones que nos alegran y para las situaciones que nos entristecen. Nosotros no elegimos muchas de las cosas que nos toca vivir.

Es necesario que se diferencie el malestar del sufrimiento. El malestar puede ser esa sensación incómoda o desagradable que resulta de una de esas situaciones indeseadas. Esto también es natural. A nadie le gusta sentir malestar y es perfectamente normal querer deshacerse de él. Sin embargo, hay ocasiones en las que esa huida del malestar puede estar alejándonos de la vida que queremos vivir. 

Tal vez dediquemos demasiado tiempo y esfuerzo en no pensar en todo lo que nos molesta y eso nos quite tiempo y esfuerzo de disfrutar de lo que sí nos gusta. Tal vez recurramos a conductas que no nos benefician para huir de esos pensamientos, como tomarnos alguna copita de más, centrarnos demasiado en el trabajo o dejar de relacionarnos con ciertas personas de nuestro entorno. Tal vez, este tipo de conductas nos alejen de nuestra familia, de nuestra pareja o de nuestros objetivos vitales.

Eso es el sufrimiento, la paradoja de dejar de lado a la vida con la esperanza de poder vivir sin malestar.


Aceptación y Compromiso como herramientas de cambio

Cuando una persona se ve envuelta en este tipo de situaciones es muy posible que ni siquiera se de cuenta de cómo son sus propias acciones las que limitan su vida y le hacen sufrir.

La Terapia de Aceptación y Compromiso propone una manera distinta de afrontar estas situaciones vitales. El propio nombre de la terapia ya es bastante descriptivo, ya que esta pone énfasis en que la aceptación genuina del malestar, haciendo hueco para él en nuestras vidas sin necesidad de evitarlo de forma reactiva; junto con un compromiso firme en los valores personales de uno, son unas herramientas fundamentales para el cambio en la vida de la persona y que así esta pueda minimizar su sufrimiento sin poner en peligro a la vida que realmente quiere vivir.

Tal vez merezca la pena sufrir algo de ansiedad si eso supone afrontar una entrevista de trabajo que te puede cambiar la vida. Tal vez sea necesario sentir la tristeza después de una ruptura para poder cerrar esa etapa de tu vida y
pasar a la siguiente. Tal vez no esté de más enfadarse si eso significa que vas a poder defender tus deseos frente a las exigencias de otra persona.

Todo ello pasa por la aceptación de la emoción tal y como esta se presenta, y con un compromiso firme con uno mismo y con la vida que desea vivir.



jueves, 12 de febrero de 2015

Los 4 Grandes Mitos del Amor

Se acerca San Valentín y el romanticismo se apodera de nosotros, vemos corazones por todas partes y pensamos en cómo pasar el día o la noche con nuestras parejas.


El amor y la vida en pareja es uno de los grandes temas de nuestra sociedad, y es que enamorarse es muy fácil. Cualquiera puede hacerlo, no requiere esfuerzo, simplemente es algo que ocurre sin más. Mantenerse enamorado es otro tema, es algo que sí que parece un gran desafío. Un desafío que aumenta y se mantiene por toda la información que vierten en nuestra cabeza desde que somos niños. Empezando por los cuentos en los que príncipes y princesas viven felices para siempre, pasando por Hollywood y los finales felices, así como libros, series de televisión y demás material que se empeña en mantener los mismos mitos de toda la vida. Aquí van los cuatro grandes:


  • El compañero perfecto
¿Sabes que hay alguien hay fuera que es perfecto para ti? La persona de tus sueños está ahí parada, matando el tiempo, esperando a que la encuentres. Búscala y encontrarás una pareja que cumpla con todas tus fantasías, complete todas tus necesidades y con quien vivas para siempre en felicidad eterna.

Esto es tan cierto como los Reyes Magos.

Dicen que hay dos tipos de parejas, aquellas que tienen una relación maravillosa, y aquellas que conoces realmente bien. Así que no, no existe eso que llamaríamos "la pareja perfecta", y sin embargo, perdemos una cantidad enorme de tiempo y energía comparando a nuestras parejas con otras personas. Pensando en la pareja que podría ser o debería ser. ¿Tan difícil es dejar de pensar en los errores y defectos de la pareja?¿O en cómo la vida sería mucho mejor si el/ella cambiase?

Por supuesto, no estoy diciendo que uno tenga que "tragar" con todo lo que haga o diga su pareja, pero sí me gustaría que los lectores se parasen un poco a pensar en si realmente se hacen este tipo de preguntas y en cuanta frustración, ira o decepción les hace sentir. Estas creencias acerca de cómo debería o podría ser tu pareja, ¿cómo están afectando a tu relación?¿La están ayudando o la están destruyendo?
  • Tu me completas
Esta no es una idea que me agrade especialmente. Asumir que otra persona "te completa", algo así como que es tu "media naranja" es como asumir que tu, como individuo, estás incompleto. Esto te coloca en una posición de necesidad y dependencia, en la que el miedo a estar solo/a puede llegar a controlarte, lo cual es muy peligroso de cara a mantener una relación sana.

Por fortuna, y en contra de lo que pudieras creer o pudiera decirte tu mente, todos somos naranjas completas, tengamos o no una pareja a nuestro lado. Una vez que uno asume que es un ser completo, individual e independiente, es cuando puede actuar con honestidad para consigo mismo y ser más auténtico en sus relaciones, respondiendo a sus propias necesidad y no al miedo al rechazo o a la soledad.
  • El amor debería ser fácil
Una vez que hemos asumido nuestra individualidad, esta frase de aquí arriba cae por su propio peso.  

Estás compartiendo un largo periodo de tiempo con otro ser humano que tiene: diferentes pensamientos y sentimientos; diferentes intereses; diferentes expectativas sobre labores del hogar, sexo, religión, paternidad, vacaciones, tiempo de ocio, etc; diferentes estilos de comunicación, negociación y expresión; diferentes reacciones sobre lo que le gusta y lo que no; diferentes gustos en comida, sexo, deportes, ocio y trabajo; diferentes conceptos de limpieza y suciedad; familiares y amigos con los que no te llevas bien; manías y costumbres de toda la vida que están muy arraigadas y que te molestan...

¿Suena como algo fácil?

Por supuesto, puedes pensar que si realmente eres compatible, no existirán estas diferencias y podrás tener una relación perfecta, pero como habrás supuesto, eso te devuelve al Mito 1: el compañero perfecto. El hecho es que siempre hay alguna diferencia significativa entre los miembros de una pareja, ya sea en las áreas mencionadas arriba o en muchas otras. Esa es la razón por la cual las relaciones no son algo fácil.

Requieren comunicación, negociación, compromiso y aceptación de las diferencias. También requiere ser honesto con uno mismo y con sus necesidades, deseos y sentimientos. Esto es todo un desafío, pero mientras sigas anteponiendo las expectativas de que tu pareja piense, sienta y actúe como tu, más cerca estarás de la decepción y la frustración.

  • Amor eterno
Cuando se pregunta a la mayoría de la gente sobre el amor, este es descrito como una emocionante mezcla de sentimientos, pensamientos y sensaciones. El problema de ver el amor de esta manera es que normalmente los sentimientos no duran mucho. Lo que mucha gente entiende por amor o enamoramiento es lo que se conoce como "fase de luna de miel", que es ese punto en que las reacciones emocionales son más intensas y reaccionamos hacia nuestra pareja como reaccionaríamos hacia una droga.

Por tanto, si definimos así el amor, este no puede ser eterno. Esta fase tiene una duración media de unos dieciocho meses y, como mucho, puede durar tres años. Hay muchas parejas que llegados a este punto, deciden acabar con la relación argumentando que se acabó y que ya no sienten lo mismo.

La verdad es que suena bastante triste, pero también hay otra gente que se da cuenta de que no es hasta el final de la fase de luna de miel cuando realmente se puede desarrollar una relación significativa. Hay que tener en cuenta que en esa primera fase estás "intoxicado" por tu pareja y no eres capaz de verla como realmente es, si no que ves una fantasía inducida por el enamoramiento.

Una vez acabada esa fase es cuando aparecen los defectos. Esto puede ser un shock, pero también es una oportunidad para desarrollar una relación más íntima, significativa y verdadera.

En este punto, conviene dejar de ver al amor como una emoción o un sentimiento. Las emociones van y vienen con el viento, no puedes controlarlas. Sin embargo, ver el amor como un acto puede acercarte mucho más al tipo de compañero que quieres ser y el tipo de relación que quieres construir.

Esto no es fácil, para hacerlo debes hacer hueco para el enfado que te consume y dejar ir a los pensamientos sobre cómo tu llevas razón y tu pareja está equivocada. Convendría preguntarse qué es más importante para uno, si llevar razón en una discusión, o ser un buen compañero/construir una relación sana. Por supuesto, estoy hablando de dejar de lado el orgullo en esos momentos y ser capaz de disculparse(como acto de amor) en pos de conseguir la relación que queremos tener.


En resumen, la cultura popular nos empuja a encontrar a la pareja perfecta, sin la cual no estamos completos y que, una vez hecho eso, podrás vivir feliz y enamorado el resto de la vida sin ningún tipo de esfuerzo. Si te mantienes en esos mitos, lo más probable es que te encuetres peleando contra la realidad y envuelto en la decepción y la frustración. 

Entonces, ¿cuál es la alternativa? ¿Resignarse a vivir una relación basada en actos de amor aunque no lo sientas nunca más? Esa es, de hecho, una alternativa, aunque no una recomendable. Lo recomendable sería tratar de construir la mejor relación posible ,dadas las circunstancias y posibilidades de cada uno. Esto es, una relación en la que puedas actuar con amor, aceptar las diferencias, manejar tus emociones de forma más efectiva, apreciar lo que tu pareja tiene que ofrecerte y continuar viviendo y creciendo hasta el último día.


Escrito por Alejandro Sola Berenguel.

Nota: Este artículo está basado en el libro ACT with love, de Russ Harris. El libro es una adaptación de la Terapia de Aceptación y Compromiso(ACT, por sus siglas en inglés) a los problemas de pareja. Un libro que recomiendo encaredicamente tanto a psicólogos que traten estos problemas, como a parejas que quieran conocerse un poco mejor y mejorar juntos. Es un libro que puede autoaplicarse con facilidad y, bueno, el único problema es que por ahora solo está disponible en inglés.